Ya hemos hablado de este proyecto, pero nos gustaría hacer hincapié en el trabajo y el esfuerzo posterior.
Se trata de la primera vez que coordinamos a tal número de docentes, y tanto la manera de trabajar como el objetivo final han sido muy diferentes de lo que es habitual en nuestras clases. Así, también la evaluación ha tenido que ser distinta.
Cuando hablamos de "evaluar", y si nos alejamos de la teoría que nos enseñan en facultades y cursos, tenemos cierta tendencia a centrarnos en "contenidos" (por muy desfasados que estén) y "competencias" (difíciles de demostrar de manera objetiva y cuantitativa). En una situación tan extraña como este experimento nuestro, ¿cómo adaptamos nuestra forma de "poner notas"? ¿Cómo "cambiamos el chip"?
Se nos planteaba un proceso complicado, puesto que a diferencia de otros proyectos (más largos y mucho más acotados), en este la cantidad de material de cada asignatura era muy limitada, y su aplicación en el producto final (la escape room), muy difícil de cuantificar. Por eso, más que nunca, nos hemos centrado en evaluar también el proceso, el trabajo demostrado, y las famosas competencias, dejando un poco de lado, durante tres días, los contenidos propiamente dichos. Puesto que todos teníamos que evaluar todo, ¿qué sentido tenía que el profesor de EF se centrase en la pronunciación del inglés?
Se necesitaba por tanto una evaluación colaborativa, para la que la herramienta Co-Rubriks ha sido esencial. Aquí dejamos muestras de aquello a lo que le hemos dado peso: producto, expresión, trabajo.
Pero no sólo los profesores pueden opinar. Hemos hablado de un experimento, una primera vez para nosotros y para nuestros alumnos, y por tanto queríamos escuchar también sus opiniones. Así, quedan también una muestra de la autoevaluación realizada (por medio del diario de clase y de una rúbrica final) y la coevaluación que se les pedía. Aunque los originales están sanos y salvos en el centro, al que por ahora no podemos entrar, nos quedan aquí los modelos.
Cuando hablamos de "evaluar", y si nos alejamos de la teoría que nos enseñan en facultades y cursos, tenemos cierta tendencia a centrarnos en "contenidos" (por muy desfasados que estén) y "competencias" (difíciles de demostrar de manera objetiva y cuantitativa). En una situación tan extraña como este experimento nuestro, ¿cómo adaptamos nuestra forma de "poner notas"? ¿Cómo "cambiamos el chip"?
Se nos planteaba un proceso complicado, puesto que a diferencia de otros proyectos (más largos y mucho más acotados), en este la cantidad de material de cada asignatura era muy limitada, y su aplicación en el producto final (la escape room), muy difícil de cuantificar. Por eso, más que nunca, nos hemos centrado en evaluar también el proceso, el trabajo demostrado, y las famosas competencias, dejando un poco de lado, durante tres días, los contenidos propiamente dichos. Puesto que todos teníamos que evaluar todo, ¿qué sentido tenía que el profesor de EF se centrase en la pronunciación del inglés?
Se necesitaba por tanto una evaluación colaborativa, para la que la herramienta Co-Rubriks ha sido esencial. Aquí dejamos muestras de aquello a lo que le hemos dado peso: producto, expresión, trabajo.
Pero no sólo los profesores pueden opinar. Hemos hablado de un experimento, una primera vez para nosotros y para nuestros alumnos, y por tanto queríamos escuchar también sus opiniones. Así, quedan también una muestra de la autoevaluación realizada (por medio del diario de clase y de una rúbrica final) y la coevaluación que se les pedía. Aunque los originales están sanos y salvos en el centro, al que por ahora no podemos entrar, nos quedan aquí los modelos.
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